La idea de Crespi, candidato a presidente de Boca en diciembre próximo, es que se junten 3.000.000 de dólares de la siguiente manera: el club debería poner un millón; otro tanto debería comseguirse con el aporte de sponsors y dirigentes, y por último, se les pediría a los hinchas. ¿Cómo? A través de una línea 0-600. "Yo creo que ese dinero será suficiente", dice Crespi. Y arranca con la campaña: "Ya avisé que yo soy el primero en poner parte del dinero".
El 10 fue la gran figura de la Copa. Y si bien Boca tuvo que erogar una suma importante (2.000.000 de dólares por cuatro meses) para pagar el contrato que Román tiene firmado con el Villarreal, hay que tener en cuenta que Boca recaudó, con el título, una cifra cercana a los 2.400.000 sólo de Conmebol, sin contar derechos de televisión ni bonus de auspiciantes. No fue un gasto, entonces, sino una gran inversión.
Esta temporada, el contrato de Riquelme es más caro. ¿Boca podrá competir con europeos como la Juventus, que lo tiene en sus planes? Por empezar cuenta con algo fundamental: la voluntad del jugador de quedarse. Aunque difícilmente haya gestiones ahora mismo con el Villarreal. Los españoles lo tasarían en unos 14 millones de euros, aunque no pueden obligarlo a irse ya que Román tiene un vínculo vigente. Boca tiene pensado, entonces, actuar como hizo en esta oportunidad: esperar el cierre del libro de pases y ofrecer lo que Villarreal tendría que pagarle a Román y encima por no usarlo ya que Manuel Pellegrini, el entrenador, no lo quiere. Esas son las cartas.
Claro que para eso habrá que juntar el dinero. Orlando Salvestrini le confirmó a Olé que ya estaban pensando en algunas opciones. Y Crespi, ayer, acercó esta propuesta que tiene un antecedente. Horas antes de la final de la Libertadores 2001, el mismo Macri salió con la idea del 0-600. Pero eran otros tiempos... Riquelme estaba en conflicto con la institución, tenía el contrato vencido y se opuso a la movida: no quería que los hinchas pusieran un peso por él. Román, al final, se quedó un año más, hasta mediados del 2002, y se fue al Barcelona. Eran otros tiempos y otro Román. Este tiene ganas de quedarse y los dirigentes se ilusionan. También sus compañeros y el DT. Los hinchas lo adoran y quieren que se quede. Atentos entonces y a llamar no bien salga el número. Hay satisfacción garantizada...
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