Ya van a llegar, no hay que desesperarse, tanto Rodrigo como yo no nos tenemos que volver locos por las situaciones...".
Treinta y dos minutos. Rodrigo Palacio desborda con la derecha, su zurda se tropieza con la pelota y termina pateando un cartel.
Cuarenta y tres del segundo. Rodrigo se va por izquierda, tira un buen centro que Palermo no conecta. El 9 mira al cielo y pega un grito, insulto incluido .
"Uno un poco se impacienta", se sincera el Loco, contradiciéndose. Igual confía. En que la sequía se va a terminar. En que el equipo va a jugar mejor. Y, por ahora, se conforma al menos con la mínima, como ayer. "Con uno me conformo. Llegará, en el momento menos pensado hacés el gol más raro o más difícil", avisa, pensando en el partido con Gimnasia, rival al que el semestre pasado le metió cuatro. "Hay que mejorar de a poco, lo importante es sumar confianza, tranquilidad, tener la mente fría para saber manejar los partidos. La aceleración te lleva a cometer errores y nosotros no podemos, porque nos cuestan caro", aclara.
Sufre el delantero sin Riquelme. Es que más siente esa ausencia. No por nada fue quién clamó por su regreso desde antes de que Román se fuera. Ni un mano a mano tuvo el 9. Porque su compañero de dupla, víctima también y culpable en parte, no puede generarlos tampoco. Le cuestan los desbordes, pierde en los anticipos y se fastidia por sus propias incapacidades. Al menos ayer, la gente valoró el esfuerzo del 14 (lo ovacionaron dos veces), barbudo y desaliñado, que intentó suplir sus circunstanciales limitaciones (está clarísimo cuánto puede dar) con sacrificio. Así, corrió hasta el cambio, surfeó en la lluvia todo lo que pudo y logró, al menos, meter un par de centros que asustaron.
Martín, en cambio, si tocó la pelota en los primeros 45 minutos fue casualidad. Porque no le llegó ni una vez, los centros le pasaron lejos del techo y por abajo se perdió entre los charcos. "No hay que victimizar porque no nos llega la pelota, sí que hay que mejorar para manejar el partido. El no pensar y poner la pelota contra el piso nos lleva a hacer un ida y vuelta que no es conveniente. Siendo local y en la Bombonera, no podés dejar que el protagonista sea el rival", aclaró Palermo.
Pide, también, volver a las fuentes. "Siempre nos caracterizamos por ser fuertes en defensa, en mantener el cero en el arco. Y sabíamos que, a la larga, hacíamos la diferencia adelante. Hay que volver a encontrar eso que es lo más importante en el funcionamiento del equipo. En actitud, este partido fue bastante positivo con respecto a los dos últimos. El equipo no se relajó nunca". Por algo se empieza...
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